¡App exclusiva con más de 6.000 recetas exclusivas de amigurumis!

Descargar ahora

Mi primer amigurumi fue un fracaso total

Hola, me llamo Leticia y te voy a contar una verdad que muchas personas prefieren ocultar: mi primer amigurumi fue un fracaso total.

De verdad, parecía cualquier cosa menos un muñeco tierno. Estaba torcido, los puntos eran desiguales y para colmo usé un hilo que no combinaba en absoluto. Pero, ¿sabes qué? Ese fracaso fue la mejor escuela que pude tener.

La expectativa versus la realidad

Cuando empecé en el mundo del amigurumi, pensaba que todo saldría perfecto desde el primer intento. “Voy a mirar un tutorial y va a quedar increíble”, me decía. Pero no, no fue así.

Y probablemente te haya pasado algo similar. Ves esas fotos perfectas en Instagram y piensas: “Esto debe ser facilísimo”. Pero cuando tomas el gancho y el hilo, te das cuenta de que no es tan sencillo como parece.

Entonces surge la pregunta clave: ¿te rindes o sigues adelante?

El fracaso como parte del aprendizaje

Si algo me enseñó ese primer amigurumi feo fue paciencia, constancia y que el talento no es un regalo de nacimiento. El talento se construye con práctica.

¿Cuántas veces has pensado en abandonar porque algo no salió como esperabas? ¿Cuántas veces te comparaste con los demás y te sentiste insuficiente?

La verdad es dura, pero liberadora: si no aceptas equivocarte, nunca vas a mejorar.

Todos empezamos desde cero

Nadie nace sabiendo tejer amigurumis perfectos. Esos muñecos perfectos que ves allá afuera fueron hechos por personas que también se equivocaron. Que también tuvieron puntos desprolijos, que también se frustraron y que, sobre todo, no se rindieron.

Yo podría haber parado ahí, con ese primer intento. Podría haber dicho: “Esto no es para mí”. Pero no lo hice. Y esa decisión lo cambió todo.

Compararse es una trampa

Un error común al empezar es compararse con los que ya tienen experiencia. Miras sus trabajos y piensas que jamás llegarás ahí. Pero te lo digo en serio: eso es una mentira que te cuentas a ti misma.

La única persona con la que debes compararte es con la de ayer. Cada muñeco que hagas será mejor que el anterior. Esa es la evolución real.

La motivación no es lo que te mantiene

Existe una creencia peligrosa: “Necesito estar motivada para actuar”. ¿Sabes qué me hizo continuar después de ese fracaso? No fue la motivación, fue el compromiso. Sabía que si quería mejorar, tenía que insistir.

La motivación va y viene, pero el compromiso es lo que te hace sentarte con el gancho en mano, incluso cuando no tienes ganas.

Cómo convertir el fracaso en fuerza

¿Un consejo? Usa cada error como un mapa de mejora. En mi primer amigurumi, los puntos estaban flojos. En el segundo, ya mejoré. En el tercero, entendí la tensión del hilo. Y así, poco a poco.

Cada error es un peldaño.

Crea sin miedo a equivocarte

El peor error es no empezar por miedo a hacerlo mal. ¿El resultado? Nunca empiezas. Y quien nunca empieza, nunca evoluciona.

Así que toma tu gancho, tu hilo y hazlo. Equivócate, ríe del resultado, aprende y vuelve a intentarlo.

¿Quieres acelerar tu proceso?

Si estás empezando y no quieres pasar meses intentando descubrir todo por tu cuenta (y frustrarte como me pasó a mí), hay una forma de aprender más rápido.

👉 Te recomiendo el curso Fábrica de Amigurumis. Es un método completo que te enseña paso a paso cómo crear amigurumis hermosos y venderlos con seguridad, incluso si eres principiante.

Mira cómo funciona aquí: patronesdeamigurumi.com

No se trata de perfección, se trata de acción. Porque el tiempo va a pasar de todas formas. Y puedes elegir si seguirás mirando o si finalmente te animas a crear tus primeros amigurumis con confianza.

Estamos juntas en esto, chicas.

Tags: |

Sobre o Autor

5 Comentários

Deixe um comentário

O seu endereço de e-mail não será publicado. Campos obrigatórios são marcados com *


Sair da versão mobile